
Este es un tema curioso. No sé muy bien como abordarlo sin parecer demagogo ni hipócrita. El pirronismo que rige mi carácter, me impide sacar conclusiones e imaginar qué pasará en un futuro. Este podía ser el pie de cualquier artículo, pero el motivo de éste es el Decreto aprobado esta semana por nuestro querido Alfredo ( el alcalde con la cara de tonto más grande de jamás vi ): La aplicación en nuestra ciudad de la Ley Antibotellón.
Lo primero que me parece paradójico es la prohibición de beber en algunos sitios_ tras la queja de los vecinos no incluidos el alcalde ha reculado y parece que afectará la ley a toda Sevilla_ y la habilitación de sitios específicos donde poder hacerlo. Interpreto que el problema,por tanto, no es la ingesta masiva de alcohol por un amplio espectro de la población sino el bienestar de los vecinos. Extraordinario. Quien haya sufrido una botellona en la puerta de su casa, sabrá lo jodido que es. Por otra parte se hace hincapié en la degradación de los jóvenes que tienen como medio de diversión beber en la calle. Un doble problema... Salvar a los que se divierten y los que descansan. Todo, además en una ciudad que invita a echarse a la calle por el privilegiado clima que tiene.
Desde luego, aborregar a la gente en zonas habilitadas ( con cuánto dinero ) es una solución lamentable. Hacer un despliegue policial como el que requiere la aplicación de la Ley, increible. Tendrá que transcurrir un tiempo para ver en que desemboca todo esto, pero desde luego, da un poco de vergüenza tanto el problema como los modos de atajarlos.
Yo he hecho cientos de botellonas y entiendo que la gente las haga. Tengo amistades nacidas en botellonas y recuerdos muy buenos de esos momentos. No he tenido que acudir a Reto ni he roto papeleras por las calles. Es difícil que desaparezca esta práctica de fin de semana que forma parte de la idiosincrasia de Sevilla. Eso sí, un llamamiemto al civismo de los participantes, por favor. Un poco de educación. Y aquí entramos en un terreno pantanoso, germen de muchos de los problemas que hoy encabezan los telediarios. Niños que pegan a profesores, niños que maltratan a compañeros, niños que maltratan a sus padres... joder con los niños que diría el otro. Pero esto es así. No sé en que momento se rompió el eslabón que mantenía cierto equilibrio, pero está claro que tenemos un problema claro. Para muestra, los canis. Dicen desde el ayuntamiento que no son un problema... que se baje Alfredito del coche oficial un poco más y se fije en lo que lo rodea. Este tema me llevaría dos semanas escribiendo. Cabrones...
Bueno, estoy mareando la perdiz y no llego a ninguna conclusión. Claro, es que no tengo soluciones para esto. Coartar libertades nunca, pero por ninguna de las partes ( vecinos y botelloneros ), y esto es lo complicado. Ya veremos. Pues eso...
3 comentarios:
espinoso tema de interesante debate y dificil solución. Tema con muchísimas aristas y con diversas posturas para tomar y defender todas con parte de razón.
Lo primero es que existe la evidencia de que el botellón tal y como se da hoy en la calle es un fenomeno incómodo para los que lo sufren cercano a sus casas. La gente tiene derecho a descansar, a que la calle no este impracticable y a circular con cierta seguridad.
Siempre he estado de acuerdo con la frase de "la libertad de uno acaba dónde empieza la de los demás". Pues bien, tengo la sensación que el fenomeno botellón ha alcanzado una dimensión y unas maneras que rompen sin duda las mas mínimas normas cívicas y atentan contra la otra libertad, la de aquellos que deciden no beber en la calle y simplemente desean no ser molestados por los que si lo hacen.
Yo he hecho botellón. De hecho, puedo y he presumido de haber sido junto con mis amigos precursor de zonas de botellón que luego se pusieron de moda y se masificaron (por ejemplo el Chile). Arremeter contra algo que siempre me resulto divertido y asequible a mi pobre bolsillo de estudiante podría parecer cuanto menos contradictorio. Pero es que nosotros, aunque alguna vez con los cánticos regionales y exhaltación de la amistad, y orinando en la calle hayamos podido molestar, eramos tremendamente respetuosos y era regla obligada el recoger las bolsas y desperdicios. El problema es que la educación del segmento de población de mayor actividad en las botellonas ( de 14 a 28 años) ha cambiado mucho. Son personas llenas de derechos y sin obligaciones; irrespetuosos frente a todas las normas y frente a los demás. Todo esto mezclado con alcohol en demasiada abundancia y mucha más droga acaba derivando en problemas.
Las zonas especialmente diseñadas es querer concentrar el problema, para luego intentar "controlarlo"; se busca minimizar el daño frente a los no usuarios del botellón. PEro ¿Y si un día ocurre una desgracia (peela con algún herido de gravedad o incluso muerto) en un Botellódromo de esos (el nombre es tremendo)?¿No sería en parte culpable el que inventa la "solución"?
Saludos.
Como casi siempre, estoy en tu linea de opinión. Espero que esto no suceda mucho para poder discutirte más cosas. Un beso de un cojo sin mala leche...
botellódromo? a las doce en casa tol mundo. que tendo 5 euros y los dedico al botellón. eso son 2 cervezas y una tapa... sí que entiendo que los puberes quieran hacer botellón, no lo voy a entender... por eso digo que a las doce en casa, coño! y cuando mis sobris se hagan mayores a las 11. en fin que no proponéis ninguna solución, no?...
pues yo tengo una queja!! coño con los negritos que se ponen delante del nervión plaza con las mantas! me dan mucha pena? sí, a vosotros y a mí, a todos, está claro. pero coño! que no se puede andar por luis de morales! joder, y yo tengo que ir al corteinglés mucho ahora!
es una pasada lo del top manta. o se legaliza o al menos que se ordene el tráfico peatonal en algunas zonas. y qué me decís del tío de las castañas? y cuando no son castañas son higochumbos de esos... basta ya!
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