EL AÑO DEL CERDO:
En una semana, los canales de televisión que cada día nos regalan excelentes programas y películas que procesamos y olvidamos pasados unos segundos, volverán a bombardearnos con especiales de navidad y resúmenes del año que está a punto de concluir. Tras un arduo trabajo y una recopilación exhaustiva de datos que me ha llevado no más de cinco minutos, me adelanto al imperio Planeta, Prisa, Estatal y Autonómico para exponer mi visión de estos 365 días.
Empezó el año con dos ecuatorianos enterrados entre hierros y hormigón, tras un atentado de ETA; el cuerpo de Sadam Husein aún estaba templado tras ser ahorcado en una ejecución que un móvil anónimo se encargó de difundir a todo el mundo; un cayuco llegaba a Gran Canaria con 140 personas muertas de frío y miedo; Fidel Castro reivindicaba su liderato y seguía aferrándose a la vida con la misma intensidad que se aferró al poder; algunos soldados y muchos civiles seguían muriendo en Irak; decenas de guerras, sin interés para nosotros, seguían dejando miles de muertos en África y cientos de miles de desplazados; los bancos seguían jugando con el Euríbor; los prestatarios seguíamos blasfemando en cada revisión de hipoteca; lo verde estaba de moda; los partidos políticos de este país jugaban al "pos anda que tú", etc.
365 días después, sólo hay que poner más ceros en las guerras, más insultos en los debates políticos, más dinero en bolsillos corruptos, más contaminación en la Tierra, más muertos en el estrecho, menos poder adquisitivo de los de siempre, más poder adquisitivo en los de siempre, más banderas de España por la calle, más trabas a la inmigracón donde ahora no interesa, más mujeres asesinadas por sus maridos, más reverencias a papá Bush...
Al final, los poderes fácticos son siempre los mismos y ejercen ya por inercia. Los hilos los manejan los de siempre y juegan a los titiriteros entre copas y puros. Las grandes titulares que rellenan los periódicos, ya llegan a la redacción escritos. Es la letra pequeña la que nosotros escribimos y es la que recordaré del 2007. Lo demás no tendré que recordarlo porque estará ahí.
Gente que conocimos o perdimos, trabajos que empezamos o acabamos, aquel viaje fantástico o el que tuvimos que dejar para otra ocasión, grandes ilusiones o desilusiones, alguna peli buena y muchas malas, aquel extraordinario fin de semana o ese otro para olvidar, lágrimas de alegría y tristeza, aquella puta noticia o la que te hizo saltar de emoción... esas cosas me vienen ahora a la cabeza. No ha sido un mal año. Alguien decía que " las calles, hasta las más estrechas, son suficientemente largas para aprender algo en ellas". Por momentos, se hizo estrecho el 2007, pero seguro que el que viene, con rotondas o avenidas, será mejor. Y esto es lo que os deseo a todos a los que tengo en mente mientras escribo este rollo. Ahora toca un "pues eso..." pero si habéis conseguido llegar hasta aquí, no os importará leer una de las leyendas que dan significado a la forma que los chinos tienen de asociar los años con animales.
Se dice que alguna vez la rata y el gato fueron muy buenos amigos. A pesar de todo, estos dos animales eran los peores nadadores en el reino animal. Aunque mal nadadores, ambos eran muy inteligentes. Decidieron que la mejor forma y la más rápida de cruzar a través del río era en la espalda de un buey. El buey, siendo un animal bueno, estuvo de acuerdo en cargarlos a través del río. Sin embargo, por haber un premio de por medio, la rata decidió, que para ganar debía hacer algo, y entonces lanzó al gato al agua. Es por eso que el gato se convirtió en el enemigo natural del ratón y del agua. Tras esto, la rata llego a la orilla y reclamo el primer lugar en la carrera.
Seguido de cerca por el fuerte buey, que fue nombrado el 2º animal del zodiaco. Luego del buey vino el tigre, quien explico jadeando como lucho contra las corrientes. Pero su gran fuerza lo hicieron llegar a la orilla y convertirse en el 3º animal.
El 4º puesto del zodiaco fue para el conejo, quien gracias a su habilidad de saltar pudo brincar de una orilla a otra. Explicó al Emperador que estuvo a punto de caer al río si no llega a ser por un pedazo de tronco flotando en el agua. El quinto puesto fue para el dragón, quien pudo llegar volando. Este explico al emperador, que no pudo llegar primero dado que se detuvo a crear lluvia para ayudar a la gente y criaturas de la tierra. Además, en la línea final encontró un conejo aferrándose a un tronco al que ayudo dándole un empujón con su aliento para que este pudiera llegar a la orilla. El emperador, sorprendido por su amabilidad le otorgo el 5º lugar del zodiaco. Poco después se oyó al caballo galopando, al que la serpiente dio un susto haciéndolo caer, de forma que esta llego en 6º lugar y el caballo en el 7º.
A poca distancia del lugar se encontraban la oveja, el mono y el gallo que se acercaban a la orilla río. Las tres criaturas se ayudaron entre sí para cruzar el río. El gallo construyó una balsa de madera para los tres animales. La oveja y el mono despejaron la maleza y finalmente remando y remando consiguieron llegar a la orilla contraria. El emperador, muy complacido por el trabajo en equipo de los animales nombró a la oveja el 8º animal, al mono el 9º y al gallo el 10º.
El undécimo animal fue el perro. Aunque el perro debería haber obtenido un buen puesto ya que era el mejor nadador de todos los animales se retrasó ya que necesitaba un baño después de la larga carrera y al ver el agua fresca del río no puedo resistirse. Justo cuando el emperador iba a dar por cerrada la carrera escuchó el gruñido de un pequeño cerdo. El cerdo comenzó la carrera hambriento por lo que al poco de empezar se dio un banquete y hecho una siesta. Cuando despertó, continuó con la carrera y llegó justo para ser nombrado duodécimo animal del zodiaco. El gato llegó demasiado tarde (decimotercero) por lo que no pudo ganar ningún puesto en el calendario, convirtiéndose en enemigo de la rata para siempre.Venga coño, a disfrutar de la vida. Pues eso...