
Feliz año nuevo... por los cojones.
Ayer lloré. Por dentro, tragando saliva y con esa sensación de presión en el corazón. Miraba de reojo a María que también sufría, por fuera, mientras visionábamos el primer DVD que entregaron con un diario. La película-documental es Invisibles y seguro que lo conocéis. Es lo de siempre y por eso me alegro de sentirme tan mal ante la mierda e injusticias que hay en este planeta. El día que no me conmueva e indigne la visión de unos niños obligados a matar a su familia, raptados y llevados a la guerra, el día que no tenga ganas de vomitar mientras escucho como una niña de 12 años relata con una fortaleza que yo nunca tendré como la violaron cinco hombres porque sí, el día que olvide el sufrimiento de los vapuleados inmigrantes de nuestro país que trabajan de sol a sol dejando a miles de kilómetros su familia... ese día ya no seré. Siento hasta remordimientos por la suerte que he tenido; por ser un occidentalito arropado por su familia con sus problemas absurdos y que relatívamente son de risa. Que sí, que sí. Lo que queráis. Que son cosas de los gobiernos, que se puede hacer poco, que mira esos integristas, esas etnias... bendita urna en la que vivo.
Terminó la película y comenzó el telediario. Y entre el primer nacido del año, el despliegue de fuegos artificiales de las grandes ciudades del mundo, competiciones entre hielo y barro y las subidas anuales de casi todos los servicios públicos y privados, aparecieron los machetes. No era un trailer de "Hotel Ruanda". Era Kenia. Un país relativamente estable, sobre todo por la ausencia de rivalidad política en anteriores elecciones. Pero las celebradas en diciembre, fueron muy igualadas y el poder hizo_ según han denunciado tanto sus rivales como los observadores internacionales_ lo que se espera de un poder corrupto: Pucherazo. Como el actual presidente Kibaki pertenece a la etnia KiKuyu y su opositor Odinga a los Lua, partidarios de uno y otro bando han echado mano de las armas y están comenzando las matanzas. Miles de personas han empezado a abandonar sus casas en una repetición de de los que ya vimos en Ruanda, Congo, Etiopía, Somalia... Malditas guerras, títeres y titiriteros. Me acuerdo de la Pitu ( el enlace a su web está en mi blog ) y cómo relataba la sensación de paz y tranquilidad del país y contaba la rivalidad que se vaticinaba en las elecciones que se aproximaban, en el viaje que la llevó por allí en verano. ¿ Cómo puede pasar esto una y otra vez?
Este año 2008 empieza con más de 20 guerras en el mundo "oficiales" y conflictos de otro tipo que llevan a miles de personas a una situación de miedo, penuria y desolación. Hay otros países donde la sharía empieza a ser o es ya el manual de usuario común y hay una sensación de inseguridad a nivel global. Muchas países del sur de Ámerica están recuperando tintes bananeros y muy cerquita Rusia sigue martirizando a los Chechenos y los kosovares no saben si la tierra que pisan es suya, de serbia o de la ONU... y así podría escribir varios folios.
Religión, nacionalismos, recursos naturales, posicionamiento geoestratégico, etc. Hay muchas causas que explican esta oleada de destrucción y violencia. ¿ Y soluciones ?
Este último párrafo, lo dedico a todo el que acudió hace unos días a escuchar a los exaltados con sotanas y cruces que convocaron a miles de personas para ir contra de todos los que no piensan como ellos. Esta es la premisa fundamental para el odio y la intolerancia que a veces pienso debió ser el undécimo mandamiento. Dejen a la gente en paz. Abran los ojos de una puta vez y vean. Dejen las calles y prediquen en sus ricas iglesias. No hagan campañas políticas. Dejen de dar lecciones sobre la familia. Llamadlo de otra forma, si queréis, pero hay y habrá familias monoparentales y con dos madres o dos padres, con hijos perfectamente educados_ espero que fuera de vuestra secta contaminante y manipuladora_. Señor Rouco, ¿ qué coño significa que " el laicismo puede llevar a la disolución de la democracia" ? Señor Kiko, siga con sus pinturas y deje de llenar autobuses para hacer bulto en las manifestaciones. Podemos vivir sin vuestra religión estancada en el pasado y anhelante de recuperar todo el poder material y humano que atesoró. Los que no creemos en Dios o en vuestra iglesia, no nos manifestamos por vuestra desaparición. Tolerancia, respeto, amor, piedad, comprensión... ¿a qué os suenan estas palabras? Apoltronados purpurados y gordos con sotana, sois una vergüenza y un mal ejemplo para los que con o sin sotana saben el significado de ellas y profesan su fe en el dios que sea sin querer ser un poder fáctico. Dejen a la gente en paz.
Os deseo un extraordinario año dentro de vuestras familias cristianas, budistas, musulmanas o laicas. Deseo que sigáis siendo tan buena gente. Pues eso...