lunes, noviembre 06, 2006

Se acabaron las bodas de este año 2006. Al menos a las que yo tenía que ir. Sinceramente, es una alegría que al menos estas últimas fueran muy de mi agrado porque no hay muchas cosas peores que una boda de compromiso. Dicen que uno es libre cuando puede rechazar una invitación sin poner excusas; así que ya sabéis. Cuando no queráis, no lo hagáis.

Por lo demás, una boda muy divertida la del sábado. Creo que Antonio está todavía sobre el escenario. Para más detalles, preguntad a los esposos. A estos sólo les digo: (felicidades). Pues eso.

No hay comentarios:

OTRA ASESINADA

No la recordará el camarero de ese bar en el que tomaba café mientras esperaba que los hijos salieran de las extraescolares. Tampoco el caje...