viernes, febrero 08, 2008

"No le quepa a usted la menor duda".
Termina la semana de carnavales. Recuerdo aquellos años, en los que cargado de pipas, me sentaba ante el televisor para ver la final de agrupaciones del Teatro Falla. Normalmente, era vencido por el sueño en la actuación del segundo coro y prometía aguantar el próximo año. Me gustan más los carnavales en año de elecciones, porque por mucho que se esfuercen las Pito-risas, nunca tendrán la gracia que poseen unos señores que se disfrazan de chaqueta y corbata y van por nuestros pueblos y ciudades acompañados de bandurrias y bombos. Al compás de 3x4 y con escenografía cutre copiada del gran país al otro lado del charco, tiran de repertorio con estribillos pegadizos. La chirigota del gallego, está triunfando con el pasodoble " contrato de integración ". Inmigrantes, no caigáis en la tentación, porque os váis a cagar con el contrato de integración piripi piripi piripi... Por lo visto, tendrán que cumplir las leyes y pagar los impuestos_ cosa muy novedosa_ ; además, tendrán que respetar nuestras costumbres. Las musas se llevan las manos a la cabeza y los peperos tocan las palmas por tanguillos cantando al unísono: Esto sí que es, una chirigota! Los inmigrantes abarrotarán las baratas escuelas de idiomas, tirarán cabras desde los campanarios y tendrán que coger papeleta de sitio. También tendrán que decir olé correctamente si quieren ser bien vistos en el tendido 11 de la Maestranza. Mientras paseo por el barrio de la Viña disfrutando de las Ilegales, pienso que quizás bastara con luchar contra la delincuencia ( de los inmigrantes que a estos menesteres se dediquen ) y crear políticas de integración y desarrollo de los millones de personas que colaborarán con los que ya estamos aquí para un mayor crecimiento equitativo en este país.
Me saca de estos pensamientos una comparsa que en estos momentos pasa ante mí. Pregunto a un hombre que disfrazado de "despedido de Delphi", parece conocer el mundillo carnavalesco. _Es la Comparsa de los Solbraos, pisha_ Entre las letras del cuplé, entiendo algo así como Regalo dos mil quinientos, y ahora otros cuatrocientos, estos me tienen jarto... a mí me va a dá un infarto. Creo que el que hace los altos, se parece al ministro de economía. Cosas mías. Deben referirse a esas medidas sociales que dan las mismas ayudas a la hija de Botín y al hombre disfrazado al que le pregunté por el nombre de la comparsa. No sé yo.
Agobiado por la bulla, busco la Caleta. Me quedo mirando el mar y me relajo. Estoy pensando en lo hermosa que es esta ciudad. En la de problemas que tiene.
Veo una aglomeración al final de la calle y me acerco. Ahora es un coro. Van disfrazados de curas, obispos o algo parecido. Ya llevan un rato cantando y comienzan el popurrí. La música es familiar. ¿ Alabaré, alabaré ? Reconozco a alguno de sus integrantes. Creo que los había visto en la chirigota del gallego. Se llaman Rouco y sus amigos. Son muy animados y mueven las caderas con desparpajo al ritmo de seguimos trincando, seguimos trincando y la verdad a todos llevando. Voten PP, amen; nadie aborte, amen; nuestra familia, amen... y así seguían durante un buen rato. Entonces volvió a pasar y el coro hizo su efecto somnífero. El año que viene será. Pues eso...

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No la recordará el camarero de ese bar en el que tomaba café mientras esperaba que los hijos salieran de las extraescolares. Tampoco el caje...