lunes, junio 02, 2008



UN BUEN RATO EN EL CINE:


Abrir el periódico por la sección "cartelera de cine", cerrar el periódico y resoplar. Esto es lo que llevo haciendo algunas semanas ante la cantidad de películas lamentables que los grandes estudios nos regalan últimamente. Como la veda de festivales se ha abierto, siempre me consuelo con un "ya llegarán"... pero el mono me puede. El viernes por la tarde, al menos, pude disfrutar de un par de horas muy agradables con el incombustible Indiana Jones.


Seis y media de la tarde ( hora taurina ), y la sala 12 del Nervión hasta la bandera. Pánico. Olor a palomitas y una media de edad de 10 años. Pánico. Murmullos convertidos en gritos durante algún tráiler_ ¿cómo es el plural de esta palabra?_. Ya me preparaba para ver la peli entre seseos y el mal humor de María cuando apareció en pantalla Harrison Ford con látigo y sombrero. Se acabó el ruido y mi temor. Con la música de John Williams de fondo, los hiperactivos zagales abrieron los ojos como platos y se metieron en la película como si fueran los protagonistas de la peli. Chapó.


En cuanto a la película... Indiana Jones en esencia. Los buenos, los malos, efectos especiales y mucha acción. Muy entretenida para, los que como yo, nos entretenemos desde hace veinte años con esta saga. Sabes lo que vas a ver y no defrauda. Cuando se estrenó a principios de los ochenta la primera, yo era un proyecto de persona_ no sé si aún lo soy_ que no frecuentaba el cine y tenía ganas de ver al arqueólogo aventurero en pantalla grande. Deseo cumplido.


Lo mejor de todo, sentir a mi hijo Hugo patalear por primera vez durante la última secuencia. Extraordinario.


Con los créditos, aplausos en el cine y sonrisa de gilipollas en mi cara. Pues eso...


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